domingo, 30 de junio de 2013

El avaro

El tema del avaro (representado aquí por Esmícrenes) tuvo una gran aceptación por parte de los autores griegos y latinos. Podemos hacer un seguimiento de las diferentes representaciones de este personaje arquetípico en algunas obras, y de su valor en las mismas:

La avaricia no aparece explícitamente tratada en ninguna de las once comedias de Aristófanes que han llegado completas hasta nosotros, pero en Pluto trata el tema de la injusticia en el reparto de las riquezas; la razón de ello es que este Dios se ha quedado ciego y entonces da los bienes no al que los merece, sino a quien más se le acerca y adula. Curado, al pasar una noche en el templo de Asklepios, Pluto recobra la vista y de improviso, quienes atesoraban por medios fraudulentos pierden sus ilícitas ganancias y estas son dadas a los buenos ciudadanos. Pero la figura como tal del avaro no se ve aquí.

El teatro latino, en cambio, nos proporciona un ejemplo valioso en la comedia La aulularia, de Tito Marcio Plauto, cuya vida azarosa le debe haber dado una visión cáustica de la vida. El tema está dado por el hecho del encuentro de una marmita por cierto individuo, marmita llena de monedas de oro. Esto hace que ese hombre se vuelva avaro, se apasione por su tesoro y tema que cualquiera se lo arrebate. Plauto hace de este personaje una pintura notable. No obstante, Plauto se inspira en la comedia El misántropo de Menandro. En cuanto a Quinto Horacio, en la sátira II del libro hace que el campesino Ofelo advierta sobre los males de la avaricia. En otro pasaje expresa. Si eres más rico que yo, tu vientre no absorberá por eso más aliento que el mío".

También Décimo Junio Juvenal, que en su sátira VIII había señalado que el linaje nada vale sin la nobleza espiritual, se refiere, en la IX, a la maldad que un avaro ejerce sobre Névolo.



1 comentario:

  1. En "El asno de oro" de Apuleyo también aparece la figura del avaro, aunque no como protagonista principal. Cuando Lucio se hospeda en casa de un hombre cuya fortuna le ha vuelto huraño y le hace vivir en el extrarradio de la polis, temeroso de ser saqueado.

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